Durante las
prácticas, tuve tiempo para acordarme de la asignatura de Literatura, por lo
que me pasé por la biblioteca del centro a informarme un poco sobre el
funcionamiento de ésta, lo que acabó siendo interesante ya que mucho de lo que
descubrí en ese rato, creo que puede ser muy útil para el futuro:
En esta
biblioteca se utilizaba un programa llamado ABIES, que se usa para las
gestiones de la biblioteca, sirve como un catálogo virtual, en el que puedes
buscar y catalogar todos los libros. De este modo los libros se clasifican en:
N (Narrativa); T (Teatro); C (Comic); P (Poesía); I (Infantil); y ENG (Inglés).
Para prestar
libros, la biblioteca estaba a la disposición de los niños todos los días a
partir de las dos, hora en la que acababa el colegio. Este horario esta debido
a que, por ejemplo, si los niños fuesen a cambiar sus libros en la hora del
recreo, habría muchos niños por los pasillos lo que se podría convertir en un
descontrol total.
El carnet de
la biblioteca, solo se le daba a los niños de Educación Primaria, ya que los de
Educación Infantil son demasiado pequeños para tenerlo. Aun así, los niños del
aula donde estuve realizando mis prácticas, del primer curso de Primaria, no
tenían su carnet en la mochila sino que la bibliotecaria pasaba por la clase,
les entregaba uno a uno los carnets y después de cambiar el libro regresaba al
cajón de la biblioteca.
Uno de los
términos más curiosos y desconocidos para mí, que pude escuchar en la
biblioteca fue el “Espurgo”, lo que vulgarmente se conoce como limpieza de
libros, seleccionando así los libros que no son adecuados para los niños o
libros que no se alquilan, retirándolos así de la estantería.
Había toda
clase de libros, que poco a poco se habían ido adquiriendo mediante donaciones.
Había libros infantiles, de primaria, juveniles, incluso de adultos, por si
algún padre o madre quería leer un poco, cosa que funcionaba. También había una
pequeña estantería donde se encontraban los libros de inglés y por las paredes
podías encontrar libros de gran tamaño en inglés, que se utilizaban para el
cuentacuentos bilingües, donde los niños podían escuchar el idioma mientras
veían dibujos ilustrando los acontecimientos.
Por otro
lado, había otro tipo de proyectos como la “enfermería de libros”, donde
reparaban los libros más estropeados (normalmente los más antiguos o los que
utilizaban los niños más pequeños); el “Pasaporte”, donde los niños completaban
una pequeña ficha técnica del libro con el fin de que exista un control de sus
lecturas; o el “Club de lectura”, donde podías encontrar aproximadamente
veinticinco ejemplares de un libro para tratar en el aula con lectura en voz
alta, actividades durante la lectura u otras técnicas.
Como último descubrimiento, y
para mí lo más importante, encontramos el “Kamishibai” o “teatro de papel”, una
estructura de madera parecida a un telón, en la que metías por detrás una serie
de imágenes en las que te apoyabas para contar una historia o realizar un
cuenta cuentos. Estuve presente en los dos cuentacuentos que se realizaron con
este objeto y he de decir que me gustó mucho, porque, de algún modo, te da
juego para que los niños puedan seguir mejor la historia, les entretienes y a
la vez puedes realizar preguntas durante el cuento, para una mejor comprensión
de éste.
En
definitiva, mi excursión hacia la biblioteca de aquel colegio me hizo conocer
muy a fondo un lugar que para mí, cuando iba a la biblioteca de mi colegio, era
un lugar donde simplemente debía cambiar libros para leer y poder conseguir
marcapáginas, que te regalaban con la lectura de cinco libros.
Una entrada fantástica. Anotada como voluntaria.
ResponderEliminarjajajajaj me ha encantado lo de la enfermería de libros! muy original.
ResponderEliminarMe alegro de que se lo currasen tanto en tu cole con la biblio, tendría que ser una maravilla!
Me ha llamado mucho la atención lo que has comentado del teatro de papel, la verdad que es un método muy chulo para enganchar a los niños mediante el dibujo.
Respecto a lo de los libros para adultos....creo que está más que genial y sobre todo si estos funcionan porque ¿qué mejor ejemplo para los niños que ver a los adultos disfrutar leyendo?
Me ha gustado mucho tu entrada, muy inspiradora :)