Bajo mi punto de vista, este es, sin duda, el tema más
difícil para tratar en el aula. Actualmente y, según los métodos anticuados que
se suelen utilizar en las aulas, los niños ven la lectura como algo obligado,
una actividad aburrida que no les aporta absolutamente nada.
Nuestro trabajo como maestros es costoso, nunca se ha dicho
que sea fácil y quien lo piense no tiene ni idea. Es un tema muy delicado que
debemos tratar con mucho cuidado, intentando hacerlo lo mejor posible, pues la
carencia de motivación e ilusión por leer hace que los niños arrastren ese
problema durante el resto de su vida escolar.
¡Cuántos libros he leído obligado! y qué parte más ínfima de
todos ellos he disfrutado…Un problema por el cual, ahora mismo, debo hacer un
esfuerzo enorme por leer.
Se trata simplemente un proceso por el cual motives a los
alumnos a leer, dejando plena libertad en la elección del libro, siempre y
cuando hayamos dado el visto bueno como profesores pensando que es adecuado
para su momento evolutivo. Las estrategias que se utilizan para que los niños
lean son totalmente erróneas y contraproducentes, sólo hay que ver el
resultado.
Los niños, hay veces que no saben leer pero se les obliga a
leer un texto, por lo que no entienden lo que quiere llegar a decir. Por otro
lado, hay otro tipo de niños que sí que saben leer pero que interpretan el
texto según su punto de vista.
Recuerdo, amargamente, las clases de lengua en las que debías
leer un texto en bajo, mientras uno de tus compañeros está leyendo en alto. Si
mi compañero sabía leer de maravilla, con fluidez, yo me perdía constantemente,
lo que desembocaba en dejar de leer y escuchar al compañero. El problema de
esto, es que si estabas perdido y no conseguías saber por dónde iba la lectura,
se te reprochaba e incluso te ponían un negativo. ¿Qué método es ese? ¿Acaso un
método en el cual yo encontrase algún tipo de motivación en la lectura?... ¡NO!
Por el contrario, si mi compañero no sabía leer con fluidez,
parándose continuamente, me obligaba a, adaptarme a su ritmo o simplemente
leerme el texto de acuerdo a mi nivel, sin poder escuchar al compañero. Este es
otro fallo garrafal del sistema.
La propuesta en el aula, gracias a mi aprendizaje en esta
asignatura, sería la siguiente: O que todos los niños lean en voz baja, para la
óptima comprensión del libro o, en su defecto, que uno de los alumnos lea un
párrafo en alto, mientras los demás escucha, desarrollando así su escucha y la
destreza lectora del niño/a que está leyendo para los compañeros, así como la
entonación del texto. Otro error clave en el método de enseñanza actual: Leemos
igual un texto en prosa, como un poema, al igual que un texto dramático, lo que
nos lleva a no saber diferenciarlos de ninguna de las maneras.
Cuántas veces me habrán dicho en clase de matemáticas,
después de realizar un problema: “El planteamiento y el resultado ha sido
erróneo, ya que no has sabido leer lo que te piden”. Con esto quiero decir, que
la carencia que creamos y que nos han creado a la hora de leer, se traslada a
otros aspectos y asignaturas totalmente externas o contrarias a lengua y
literatura.
A continuación, expondré una serie de actividades y
preguntas, que propondré en el aula para la animación de la lectura, además de
la buena comprensión del texto:
Actividades para antes
de la lectura:
- Demostrarle
a los niños que la portada no siempre tiene que ver con lo que cuenta la
historia. Con una sencilla pregunta como: “Mirad la portada y leed el título.
¿Qué creéis que sucede en la historia?” Después de leerlo, se darán cuenta que
puede coincidir o no, la imagen de la portada con el contenido del libro.
Tendrán una idea previa de qué es lo que dice el texto, además de desarrollar
su imaginación y conocer a tus alumnos.
- Debes
hacer saber a los niños, que detrás del libro te dice de qué va la historia, lo
que les hace tener una idea previa de lo que ocurre.
- Una
vez leído el título intentar realizar preguntas. A continuación pongo un
ejemplo: “El libro se llama nunca seré tu héroe”, le puedes hacer preguntas tan
sencillas como “¿Cuál es vuestro superhéroe favorito?”, “Si tuvieseis que
inventar un héroe, ¿cómo sería?” o “¿Creéis que los superhéroes necesitan
llevar un traje especial o tener superpoderes?”.
Actividades durante la
lectura:
Podemos realizar un parón en la mitad
de la historia y hacerles preguntas como:
- “¿Cómo
creéis que sigue la historia?”
- “Si
fueseis el autor del libro, ¿cómo seguiríais vosotros el cuento?"
- “¿Qué
creéis que quiere decir el autor con este hecho?”
- “¿Alguna
vez os habéis sentido así?”
- “Si
fueseis el protagonista del libro, ¿qué haríais?”.
- “¿Os
acordáis qué pasaba con el protagonista cuando…?”
Estas simples preguntas, ayudan a que el niño/a que esté
leyendo el texto, siga mejor la lectura y no olvide aspectos fundamentales de
la historia. Además, siento ser pesado pero, desarrolla su imaginación y su
memoria.
Actividades después de
la lectura:
Normalmente, tendemos a pensar que las actividades después de
la lectura sirven para saber si el alumno/a ha entendido el texto, pero esto es
erróneo. Como maestros, debemos utilizar esta estrategia para saber qué es lo
que ha entendido del cuento, qué es lo que cada uno saca de él, ya que los
niños/as son totalmente diferentes unos de otros.
Cuando terminan la lectura del libro podemos proponer las
siguientes preguntas o actividades:
- “¿A
quién le regalarías este libro?”.
- “¿Cómo
hubieses terminado tú la historia” o “los protagonistas se han casado (por
ejemplo), ¿Cómo crees que ha seguido su vida?”.
- “Que
te firmen el libro los compañeros”.
- “Haz
un dibujo que, para ti, defina perfectamente lo cómo has entendido el texto”.
- “¿Harías
lo mismo que el protagonista si te pasase…?” “¿Crees que ha actuado bien?”
- “De
todos los personajes que hay en el libro, ¿con cuál te sientes más
identificado?”
Todas estas actividades, tanto de antes, durante o después de
la lectura, se pueden realizar de forma individual o colectiva, de forma
escrita, oral o simplemente mediante un dibujo o una actuación. Eso ya
dependerá de qué es lo que quieres conseguir que desarrollen en cada momento.
Reflexionando, me he dado cuenta que se nos ha abierto un
mundo de posibilidades, que la animación a la lectura puede ser algo divertido
a la par que didáctico, olvidando los aburridos e inútiles cuestionarios que se
te planteaban al final de una lectura. Lo único que necesitamos es un poco de
iniciativa y trabajo, que al fin y al cabo, es a lo que debemos aspirar como
maestros.
Para más información véase:
Me gusta mucho tu artículo, tiene mucha opinión personal.
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo contigo en la forma en que aplicarías la lectura en clase: o todos leyendo de forma silenciosa o uno leyendo y los demás únicamente escuchando.
Es verdad que con este bloque se nos ha abierto un mundo de posibilidades, estoy segura que si aplicas las actividades con tus alumnos lograrás a unos grandes lectores que seguro que te lo agradecerán ;)
Perfecto el tema. Las webs sin explicar (aunque estas tienen más sentido).
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