Para comenzar este artículo, lo
primero que debo explicar es qué es el folclore. El folclore es una tradición
cultural que va desde la música, a la forma de vestir, el arte, la gastronomía…
Son los elementos que forman parte de una cultura y que se ven desde hace
muchos años atrás. Dicho concepto, se suele estudiar desde la antropología y la
sociología.
En cuanto a los textos folclóricos,
debemos destacar las siguientes características:
- Estos textos no tienen autor, se transmite por el
boca a boca, oralmente, por lo tanto, estos textos van cambiando cosas que
suceden durante el mismo, de una forma intencionada o sin intención.
- Todo esto, hace que, al no tener autor, encontremos
distintas versiones de la misma historia a lo largo del tiempo, por lo que
nunca podremos determinar cuál es la versión original.
- También, es imposible reconocer cuál es la versión
original y cuál es el origen de la misma, ya que el origen es lejano y desconocido.
- Estos textos, como ya he dicho, se transmiten por el
boca a boca, de forma vertical, pero también se transmiten de forma horizontal,
gracias a la gente que traía o llevaba historias a lo largo de sus viajes.
- Estas historias en su origen no eran para niños. En
esa época, la gente no tenía televisión ni nada por el estilo, por lo que, a la
caída del sol en los pueblos, pasaban el rato alrededor de la hoguera contando
historias para entretenerse.
Para continuar me gustaría comenzar
con una clasificación de los textos folclóricos, escueta, pero que sirva de
referencia. Pero antes, como curiosidad, me llamó mucho la atención algo que
escuché en clase, que es que se cree que “Pulgarcito” y “Los siete cabritillos”
son la misma historia que, por la tradición oral, se han ido desarrollando por
separado.
Comenzamos con el teatro
folclórico, el cual se transmitía oralmente. A su vez, el teatro folclórico se
divide en tres ámbitos:
- Representación de carácter religioso, que son
representaciones que se realizan como celebración de alguna fiesta religiosa
como puede ser la “Semana Santa” o el “Corpus Christi”. Aun así, también se
pueden encontrar estos textos de forma escrita, como los autos sacramentales,
los cuales los estudiaban la gente con poder económico para representarlos
delante de la alta sociedad, mientras que la gente con menos recursos se los
aprendían de memoria escuchándolos, ya que, al no tener recursos, no sabían ni
leer ni escribir.
- Por otro lado, se encuentran las representaciones
profanas, representaciones de un tiempo pasado en un pueblo o ciudad, así como
las representaciones para conmemorar alguna época del año, como antiguamente se
representaba para conmemorar la época de cosecha. También, el pueblo, sin ser
programado, representaba burlas o mofas hacia los señores feudales, que, de
algún modo, les entretenía.
- Además, encontramos los cómicos de la legua,
que son personas que, al quedarse sin trabajo y no tener recursos, se juntaban
en un carromato para viajar de un pueblo a otro realizando representaciones.
Después del tiempo, esto evolucionó y comenzaron a ser reconocidos como actores
formándose y especializándose. Ganaban el dinero que la gente les proporcionaba
como donativo, no eran unos ingresos fijos. Esto evolucionó, creando “los títeres
de cachiporra”, representaciones de historias con marionetas de manos, en los
cuáles, la historia solía contar que había un muchacho, que tenía algo muy
preciado y un malvado personaje se lo arrebataba, entonces el muchacho iba a
por él para recuperarlo y acababa consiguiéndolo y dando un escarmiento al
personaje malvado, normalmente golpeándole con una cachiporra. Esto es el
famoso "teatrillo" al que solíamos acudir cuando éramos pequeños, donde los
títeres hablaban y preguntaban al público, y nosotros como público teníamos que
involucrarnos en la historia y conseguir ayudar al protagonista advirtiendo de
peligros e indicando por qué lado debía ir para conseguir cazar al malvado.
Tengo muy buenos recuerdos de aquellas representaciones y me llama mucho la
atención que esto todavía exista después de tantos años.
En cuanto a la poesía folclórica,
la mayoría de estas están ligadas a un tema musical y lúdico, la mayoría de
ellas recogidas en cancioneros más tarde aunque previamente iban
transmitiéndose por el boca a boca. La mayoría de estas poesías o canciones,
las utilizaba el pueblo para pedir cosas a los santos, así como utilizadas para
bendecir la mesa o recitadas antes de dormir.
Además, cabe destacar en este
género, el papel de las canciones populares que solemos conocer y que poco a
poco se están perdiendo, transmitidas de padres a hijos y utilizadas para
jugar, la mayoría de las veces. El único problema que encontramos a esto, es
que muchas de ellas ya se habrán perdido y, poco a poco, nosotros las estamos
perdiendo ya que la forma de juego de los niños ha cambiado por completo,
siendo la tecnología el único método para jugar con los amigos, encerrándote en
un mundo virtual. No estoy en contra de la tecnología, pues me parece algo muy
útil y un avance en la sociedad, pero como todo, el exceso es malo y creo que
no estamos sabiendo cómo controlar esto, sin posicionarnos en un punto medio
entre la tecnología y la tradición, lo que, a mi forma de verlo, nos hace más
infelices y sobre todo estamos formando niños “frustrados” y aburridos.
Para finalizar con la poesía
folclórica, debemos destacar la figura de Pedro Cerrillo, que abajo dejaré un
enlace donde podréis encontrar su vida y su obra.
Por último en cuanto a la
clasificación de los textos folclóricos, encontramos la prosa, donde destaca
Vladimir Propp, un antropólogo ruso que destaca por ser el primer hombre que
estudió académicamente los textos folclóricos, obviamente, sólo textos en ruso.
Para este autor existen cuatro categorías para clasificar los textos
folclóricos en prosa:
- Mitos: Los cuáles deben tener un carácter religioso
o simplemente que aparezca algo relacionado con la religión.
- Cuentos de animales: Que a su vez se dividen en dos.
Por un lado nos encontramos las fábulas, que son textos alegóricos que, como ya
sabemos, pretenden enseñar algo mediante una historia. Por otro lado, están los
cuentos de animales, que se trata de textos animistas en los que los seres
humanos están representados por animales, representando así roles reales
humanos.
- Cuentos de fórmula, que la persona que los cuenta
debe saberse un par de fórmulas, las cuáles sustentan el cuento.
- Los cuentos de hadas o maravillosos, en los cuáles
siempre hay un personaje que acompaña y ayuda al protagonista, como la famosa
hada madrina de Cenicienta o el incansable Pepito Grillo en Pinocho.
También, en este género, destaca
Perrault, un adaptador de cuentos para adolescentes y adultos. Siempre hay que
saber distinguir entre adaptador de cuentos y recopilador, como eran los
hermanos Grimm. Entre las obras más famosas de Charles Perrault, encontramos
títulos tan conocidos como “Barba Azul”, “Caperucita Roja”, “Pulgarcito” o “El gato
con botas”. Al final del artículo dejaré un link donde poder echar un vistazo a
estos cuentos. Además, en este género, destaca Madamme Prince de Beaumont, los
cuentos de esta mujer no tenían una intención didáctica.
Después del siglo XVIII, se olvidan
un poco los textos folclóricos, pero, en el siglo XIX, salen a la luz los
mejores recopiladores de cuentos folclóricos, “Los hermanos Grimm”, dos
hermanos alemanes que eran filólogos que, en esa época, al darse el
nacionalismo, recopilaros cuentos puramente alemanes, pero en realidad la
mayoría de las historias eran europeas, ya que el primero fue Charles Perrault.
La primera edición de cuentos que sacaron los hermanos Grimm fue “Cuentos de
los niños y el hogar”, edición que se agotó.
Después de un tiempo, hubo quejas
por parte de los padre ya que los textos de los hermanos Grimm eran muy duros
para niños. Después de un tiempo, cedieron y suavizaron un poco las historias,
las modificaron y omitieron según que detalles, pero aun así ellos querían
dejar sus historias lo más parecidas posibles.
Hay que apuntar que el contexto
histórico de los hermanos Grimm, fue el Romanticismo, donde constantemente se
escribía a cerca del amor desgraciado y el dolor. Por otro lado, llego el
realismo como “contracorriente”, que se basaba en que el texto fuese realista.
Esto no hacía bien a las historias de los hermanos Grimm ya que, por ejemplo,
era imposible que un niño del tamaño de un garbanzo matase a un gigante. Un
ejemplo de cuento puramente realista es “Pinocho”, que, en forma de cuento,
contaba la vida de los niños de la calle, como robaban y engañaban para
sobrevivir, aunque, aun siendo de la corriente realista, se utilizan datos
fantásticos.
Durante la segunda mitad del siglo
XIX, en Dinamarca destaca “Hans Christian Andersen”. A él lo que verdaderamente
le gustaba era ser guionista de teatro y ópera, pero para mantenerse
económicamente empezó a escribir cuentos para niños y se hizo famosísimo,
aunque él se sentía completamente frustrado porque en realidad le aburría escribir
ese tipo de cuentos. Gracias a él se esculpió la famosa escultura de “la
sirenita” en Copenhague, destino turístico famoso en la actualidad. Por lo
general, sus cuentos eran realistas. Un ejemplo de ello es “La cerillera”, el
ejemplo más típico de los cuentos puramente de Andersen. Por otro lado, tuvo
otra faceta como adaptador o recopilador de cuentos, él cogía un cuento y
quitaba lo que no le gustaba y dejaba lo que le gustaba. Los personajes que
utilizaba Andersen en sus cuentos “inspirados”, son personajes coetáneos (que
no pertenecen a la época). En cuanto a la personalidad del autor, era una
persona muy triste y poco agraciado físicamente por lo que la mayoría de sus
historias lo reflejan. Ejemplos claros de esto son “El patito feo” y “El soldadito
de plomo”. Además, era homosexual, lo que, en la época, era algo bastante
negativo, pero aun así era un personaje muy popular por sus escritos.
La mayoría de los textos
folclóricos siguen esta estructura: Hay un planteamiento, en el cual el
personaje principal se encuentra en su núcleo familiar. Después encontramos el
nudo, en el cual deben abandonar el núcleo familiar para ganarse la vida,
obviamente haciendo frente a los peligros del mundo exterior. Y por último un
desenlace, que puede ser de dos tipos. Si el personaje hace lo que debe hacer
supera los peligros que se le plantean en el exterior, pero por el contrario,
si son poco inteligentes y no hacen lo que deben hacer no superan los baches
que encuentran en el exterior, siendo salvados por algún otro personaje y
volviendo a casa o incluso terminando en la muerte. Un ejemplo claro de la
estructura típica de los textos folclóricos es “Caperucita roja”, la cual debe
abandonar su hogar por un cometido que le encomienda su madre, pasando por los
peligros que le plantea el lobo en el exterior y acaba fracasando pero siendo
salvada por el cazador, aunque todo esto también depende de quién lo escriba,
pues, al ser textos folclóricos, hay montones de versiones y diversos
desenlaces. De acuerdo a esto, ¿te animarías a crear tu propia versión de algún
texto folclórico como “Caperucita roja”? De este modo desarrollas tu
creatividad y tu imaginación, en un futuro, adaptaré cuentos para mis alumnos
según su edad, dando rienda suelta a mi imaginación, algo muy preciado para mí,
que no debemos nunca de “encerrar nunca en una jaula”, debemos dejarla libre.
Por último, si algún día queremos
adaptar un cuento, tenemos que tener en cuenta que podemos cambiar los sexos de
los personajes o características similares, pero los roles de éstos hay que
dejarlos tal cual, al igual que el motivo por el cual el personaje principal
deja el núcleo familiar.
Páginas interesantes de acuerdo al
tema tratado:
Esto es una entrada! Gracias David por informarmos tan bien sobre el folclore literario y los textos folclóricos. Es muy interesante conocer su orígen y su relación con nuestros textos, y con algunos de los más conocido que hoy aún perduran en nuestra realidad literaria.
ResponderEliminarSigue así! Estoy seguro de que llegarás a ser un bloggero de renombre!
Hola David!
ResponderEliminarEn esta entrada he echado de menos algo más de valoración personal, pero respecto a la parte teórica tu entrada está fenomenal, está muy completo y muy claro! :)
Bien. Yo también echo en falta experiencia personal y transferencia a tu futuro profesional. Además de la explicación de las webs. ¿Por qué enlazas en Ciudad Seva a Perrault y no a los Grimm o a Andersen cuyos textos son menos morales y más fáciles de adaptar?
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