Durante el estudio de este primer bloque, poco a poco me he
ido dando cuenta que es muy importante nuestro papel como maestros a la hora de
analizar y seleccionar la literatura destinada a nuestros alumnos, ya que ésta
debe estar adecuada a su etapa de evolución. Pero, por otro lado, pienso que no
sólo es importante conocer el momento de evolución en el que los niños se
encuentran, también como maestros, y más si somos tutores de algún grupo,
debemos conocer las características de nuestros alumnos para seleccionar los
textos, pues hay tanta variedad, que, bajo mi punto de vista, debemos
seleccionar lo adecuado.
Para comenzar con el bloque en cuestión, debemos conocer qué
es la literatura y, como dice la “R.A.E.”, seleccionando la definición adecuada
al tema, la literatura es “el arte que emplea como medio de expresión una
lengua” así como “el conjunto de las producciones literarias de una nación, de
una época o de un género”.
En cuanto a la definición de literatura infantil, se podría
definir como aquellos textos literarios que están creados para los niños entre
cero y doce o catorce años, cuyo objetivo principal es acercar a los niños una
experiencia artístico-literaria.
Debemos conocer qué es un texto literario y un texto
literario debe seguir una serie de pautas: Por un lado, un texto es literario
cuando pertenece a uno de los tres géneros literarios (narrativa, poesía o
teatro); además, debe hacer un uso explícito de la función poética del lenguaje,
a través de las figuras literarias, que tanto hemos estudiado y aborrecido en
nuestra etapa de la Educación Obligatoria; también, deben ser obligatoriamente
de ficción; y por último, un texto literario debe tener como intención
principal una intención artística. De este modo, una fábula, por ejemplo, no
podría ser literaria ya que su principal intención es enseñar.
Además, debemos saber identificar qué son los textos “paraliterarios”,
que son textos que cumplen casi todas las características de los textos
literarios pero la mayoría de las veces fallan en la característica de ser de
ficción así como en su intención artística.
También, un concepto importante de este bloque, es lo
referido a la “subliteratura” que se trata de un tipo de literatura que su
primera intención y primordial es puramente económica.
Por otro lado, a lo largo de la historia, podríamos dividir
la literatura en dos: La literatura culta, que era una literatura escrita para
las personas que saben leer y escribir (escasa parte de la población, ya que
era un privilegio que sólo los adinerados podían disfrutar) y la literatura
popular, donde entran los textos folclóricos, que al principio de los textos no
se escribía ya que no se sabía ni leer ni escribir, se transmitía por el boca a
boca, por lo que cada vez que se contaba se cambiaba o se aportaban
acontecimientos o datos a la historia.
Después de un tiempo, la gente quiso
empezar a escribir aquellas historias, por ello es por lo que los textos
folclóricos no tienen autor.
Ahora realizaremos un breve recorrido por la historia de la
literatura infantil, muy desconocida por mí, hasta el momento, ya que es un
tema que nunca he abordado en clase ni en ningún otro lugar:
En el siglo XVI, se empezó a dar la lecto-escritura entre
niñas, aunque esto era simplemente el comienzo, ya que los únicos que sabían
leer y escribir eran los varones.
En el siglo XVII, Lope de Vega fue el único autor que se
interesó y escribió para niños, fenómeno que, hasta el momento, no se había
dado. Este escrito estaba destinado para uno de sus hijos, del que sentía
especial predilección.
En el siglo XVIII salió, en Francia, un libro de fábulas para
niños, su autor era Fontaine y los autores Iriarte y Samaniego más tarde
imitaron. Las fábulas de Iriarte fueron fábulas literarias, mientras que las de
Samaniego eran fábulas morales. A finales del siglo XVIII salió “La gaceta de
los niños” que se trataba de un periódico para la infancia, el primero de su
sector que se publicó en España.
En el siglo XIX existe una figura que se llamaba Fernán
Caballero, pero en realidad era una mujer llamada Cecilia.
Por otro lado, cabe destacar la figura del padre Coloma, que
“inventó” o adaptó la historia del Ratoncito Pérez, que contaba que al rey niño
se le había caído un diente y, ya sabéis como sigue la historia. Este autor,
siempre en sus historias solía dejar una pequeña moraleja, obviamente católica.
Además de esto, en sus obras, los elementos de paganos de las historias en las
cuales se basaba para adaptar los modificaba. Un ejemplo de esto es cambiar a
la famosa hada madrina por el ángel de la guarda. Además, en sus historias, el
mal estaba representado por el demonio, con el alias de “Pedro Botero”, así
como el infierno llamado por el “las calderas de Pedro Botero”. Este autor no sólo
adaptaba historias, sino que también creaba textos para niños y, la diferencia
que había entre éstos y los comunes textos folclóricos era que él ambientaba
las historias y los nombres según la época y no comenzaba los relatos con el
típico “Había una vez en un lejano país…”
A finales del siglo XIX y siglo XX destaca Saturnino Calleja
Fernández un personaje que no era escritor, sino editor de libros y comenzó a
editar literatura infantil para los niños de ricos. Éste utilizaba lo que se
llamaban “negros” para editar sus historias (hacía un contrato con estas
personas, en el cual él les pagaba una cantidad de dinero por los escritos pero
el logro se lo llevaba él).
Debemos realizar un parón en este repaso de la historia de la
literatura infantil, para destacar que, durante todo ese tiempo, los personajes
eran personajes planos (personajes que se pueden describir pero no tienen una
psicología precisa. Además estos personajes no tienen una evolución en la
historia, normalmente escarmientan pero no hay ningún tipo de evolución en su
visión de la realidad).
Pero en 1928 solo existe un ejemplo que se desmarca de estas
características, una obra llamada “Cecilia” perteneciente a Elena Fortún
(pseudónimo que utilizaba la autora). En 1929 ésta saca uno de los libros de
“Cecilia” que es el primer ejemplo de personaje con una evolución en la
historia, dejando atrás el típico personaje plano. Todo esto no volvió a darse
hasta veinte años después, digamos que fue una excepción de la época.
A finales de los cuarenta y principios de los cincuenta sale
el personaje de “Antoñita la fantástica”, un personaje que no es plano así como
“La Tomasica” y “Matilde, Perico y Periquín”. Estas dos obras se sacaron de un
programa de radio que, al tener mucho éxito, se escribieron y sacaron. Por
último, se sacaron los primeros libros a todo color en todas sus páginas, en
los años cincuenta, llamados “Maripepa”.
Para destacar de este bloque, debemos saber que un escritor
de literatura infantil debe conocer la psicología evolutiva de los niños, deben
conocer sus habilidades motoras así como sus características psicológicas,
entre otras, no es suficiente ser un buen escritor. Es muy importante que el
autor conozca esto ya que el niño, al leer, se sentirá identificado.
Como conclusión, debo aclarar que tenemos un largo y duro
trabajo como maestros, haciendo lo posible por conocer perfectamente las
características de los alumnos de nuestra clase, así como sus gustos, ya que lo
principal como maestros de literatura en primaria es que despertemos en los
niños el gusto por la lectura, erradicando por completo la lectura por
obligación. Además, debemos utilizar la literatura como un modo de hacer volar
su imaginación, algo muy ligado a la creatividad que, bajo mi punto de vista,
es esencial en los niños, no cortarles las alas y que den rienda suelta a un
concepto tan bonito como es la imaginación.
Para ampliar un poco todo esto, podéis consultar las
siguientes webs:
Hola David! Creo que tu artículo está muy completo en cuanto a teoría y páginas de interés, estoy segura que le servirá de ayuda a más de un profe ;)
ResponderEliminarHas dedicado mucho esfuerzo a la paja (la historia de la literatura infantil) y has dejado fuera ideas clave:
ResponderEliminar- El cambio conceptual de los años 80/90.
- Los tres géneros de la LI y lo que vas a encontrar en ellos.
- Cómo seleccionar correctamente un libro para una edad determinada.
- Tu experiencia como niño y en tus prácticas.
- la explicación de lo que hay en las webs recomendadas.