sábado, 26 de octubre de 2013

Reflexión voluntaria

Todos alguna vez hemos querido soñar despiertos, imaginar cosas inexistentes y que se hiciesen realidad, volar, dulces infinitos, ser invisible… Todo esto no es exclusivamente para niños, cada uno tenemos nuestros propios sueños, sueños que podemos traer a la realidad, sentirlos sin necesidad de estar dormidos, mediante la literatura.
 Este término nos resulta algo negativo desde que tenemos uso de razón, cuando en realidad debería de ser todo lo contrario. Desde pequeños nos han obligado a hacer que nos guste la literatura pero, bajo mi punto de vista, es un procedimiento erróneo, pues lo que hay que buscar en los niños es que sepan querer a la literatura y utilizarla como entretenimiento.

Yo me considero una víctima, de tantas, de este procedimiento erróneo. Siempre me he visto obligado a leer y pocas veces he tenido tiempo libre y me he puesto a leer, ya que lo veía como algo obligatorio y puramente escolar. Con el paso del tiempo, sigo un poco en esa línea, pero he recapacitado y he llegado a comprender lo que de verdad tienen que sentir los niños al leer, por lo que intentaré, como profesor, que mis alumnos lleguen a amar la lectura, aunque antes de eso debo hacerlo yo.

2 comentarios:

  1. Estupendo, David. Me gusta tu sinceridad y que demuestres que has cambiado tu visión sobre la literatura pero, sobre todo, que tengas claro lo que NO DEBE HACERSE en la relación entre los libros y los niños porque, como dices, tú mismo has sido víctima de malos usos y malas prácticas.
    Vamos a ver, a partir de ahora, lo que sí debe hacerse y cómo gestionarás esta relación cuando seas maestro. :)

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  2. Estoy totalmente de acuerdo contigo David se trabaja fatal la literatura en el colegio! Espero que al haber vivido estos métodos seamos capaces de no caer en ellos y conseguir grandes lectores en nuestras aulas ;)

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